Cuidados Básicos de las Plantas en Interiores
- ArtHaus Studio
- 13 ago 2019
- 3 Min. de lectura
El abanico de plantas de interior entre las que podemos escoger para nuestra casa es amplio, diferentes estilos (con flor o, simplemente, verdes) y tamaños, ideales para adecuarse a lo que buscamos.
Sea como sea nuestro estilo, es importante tener en cuenta algunos cuidados de las plantas de interior que son comunes a todas ellas:

Humedad ambiental y temperatura estable:
El grueso de las plantas de interior exigen unos niveles de humedad determinados y una temperatura propia del interior de nuestra casa en invierno. Durante los meses más fríos, es recomendable que nuestra casa no baje de los 15 grados para asegurar la supervivencia de las plantas de interior. Por otro lado, si vivimos en un clima seco, podemos paliar las necesidades de humedad pulverizando sobre las hojas (nunca sobre las flores) agua destilada.

Luz: nuevamente, recordamos que debido al carácter tropical de muchas de las plantas de interior, la luz es algo imprescindible para su vida. Está claro que la luz del invierno nada tiene que ver con la de la primavera o el verano (que es, incluso, demasiado intensa para nuestras plantas). Sin embargo, la luminosidad invernal también es aliada para el buen desarrollo de nuestras plantas de interior.
Riego: como hemos visto en muchas ocasiones, empapar las plantas es sinónimo de muerte de las mismas. Más allá de las necesidades específicas de cada planta de interior, una buena pauta de riego es repetirlo cuando el sustrato (Tierra)

comience a secarse (salvo en el caso, por ejemplo, de helechos y azaleas que necesitan que el sustrato esté constantemente húmedo). Además, y según la especie vegetal, tendremos que olvidarnos de esa costumbre tan habitual de dejar un plato con agua en la base de la maceta (ya que esto solo procura que ayudemos a que se pudra), sobre todo en algunas plantas como las orquídeas.

Abono: aunque es un cuidado que hemos de realizar durante todo el año, es importante no olvidarlo también en invierno. Lo ideal es emplear un fertilizante líquido que podemos disolver en agua.
Poda y trasplante: si bien retirar tanto las hojas como las flores muertas con vistas a facilitar el correcto crecimiento de la planta es vital, no lo es tanto un trasplante. En muchas ocasiones, solemos llevar una planta nueva a nuestra casa y trasplantarla automáticamente. Este gesto tendremos que evitarlo en los meses de invierno sobre todo, esperando a que estén aclimatadas a nuestro hogar antes de cambiarlas de maceta.
Tierra: uno de los factores claves del invierno, ya que será precisamente la tierra la encargada de evitar cualquier tipo de encharcamientos (que puede pudrir sus raíces si hay un exceso de agua). Por eso mismo, la tierra de nuestras plantas de interior debe ser porosa y estar suelta, con vistas que faciliten el drenaje.

Limpieza: dado que las plantas de interior forman parte de nuestra casa, acumulan polvo al igual que el resto de los cosas de ello. Por eso mismo, es importante eliminar el exceso de polvo de sus hojas cada cierto tiempo. Algo que podamos hacer, simplemente, limpiando las hojas con un paño húmedo (preferiblemente, con agua destilado).
Plagas: aunque se suele creer que dentro de casa están a salvo, lo cierto es que incluso aquí pueden sufrir el ataque de algún insecto. Las más comunes son la cochinilla (tanto cerosa y algodonosa) y la araña roja.
Y, por último, un consejo: a pesar de que estos cuidados de plantas de interior pueden parecer complejos, son mucho más sencillos de lo que parecen. Unos que una vez adquirida la mecánica de realizarlos solo tendrán un resultado: disfrutar de su belleza natural.
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